jueves, 24 de marzo de 2011

Una estrella se va

Esas pequeñas coincidencias que cada día aparecen escondidas en los periódicos me resultan fascinantes, si además ampliamos un poco nuestro campo de búsqueda esas casualidades pueden resultar poderosas. Hace unos días todos mirábamos al cielo nocturno para comprobar eso que se repitió hasta la saciedad en los informativos, la luna brillaba más de lo habitual, era la "Super-Luna", algunos incluso intentábamos sacar una foto al satélite con nuestras modestas cámaras. Hoy los cinéfilos todavía estamos bajo la resaca de una triste noticia, una estrella se ha apagado, una de las más fascinantes, aquella de los penetrantes ojos violetas, la que quería renunciar a uno de los papeles de su vida por pereza y lo interpretó porque los productores aceptaron un salario que impuso para que la dejaran en paz. Elizabeth Taylor no tuvo una vida fácil aunque sus publicistas se empeñaran en lo contrario. Su carrera de actriz le hacía más ilusión a sus padres que a ella misma, se enamoró de un hombre que no podía corresponderla, Monty Clift, su gran amor fue demasiado tormentoso y no sólo para ella, Richard Burton podría decir algo sobre el tema, problemas de espalda, cardíacos...
La luna brillaba mientras la Taylor se apagaba, una pequeña coincidencia...

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